— ¿Qué quieres decir?
Termina su cigarrillo y yo recojo el cenicero por él. Después de arrugar la guimba, Liam suspira y me toca la pierna.
— Luke ha venido a enfrentarse a mí. Sabe cómo soy, con las mujeres con las que me relaciono. Son mías, hasta que diga basta.
Arqueo una ceja.
— Un día, te diré por qué Luke hizo lo que hizo. Esta noche no. Esta noche es una noche de celebración.
Sonrío.
— É? — pregunto, pasando mi uña por su cuero cabelludo. — ¿Por qué?
— Porque eres mía. Sólo la mía.
Cambio mi mirada entre su boca y su mirada penetrante antes de besarlo profundamente. La mano de Liam rodea mi cintura y la aprieta ligeramente.
Dos fuertes y pesados golpes suenan en mi puerta y me veo obligada a dejar de besar al hombre que me excita tan f&aacut