-Señor Ward, lo he buscado por todo el hospital, hasta que María me dijo que podía estar en la oficina del señor Mario, que pena doctor, no lo saludé, ¿cómo ha estado?

-Señora Sandoval, aquí estábamos hablando los tres cosas de hombres, dijo Mario con un tono agradable.

Sebástian no podía hablar, estaba bastante emocionado jugando con su hijo.

-Señor Ward, debo llevarme a mi hijo, ya es un poco tarde para que él esté fuera de la casa, me lo da por favor.

Sebástian no soltaba al niño, lo abrazaba muy fuerte, como si entregándoselo a Sasha, dejaría de verlo para siempre.

-Sebástian, te habla la señora Sandoval, que le devuelvas a su hijo; dijo Mario haciendo que Sebástian volviera a la realidad.

-Sí, disculpe señora Sandoval, es que me gustan mucho los niños, este en especial, tendría una edad parecida a mi hijo.

-Pero no es su hijo sino mío Sebástian, así que debo de llevarlo a casa, que tengan linda tarde, dijo Sasha mientras cerraba la puerta de la oficina de Mario.

-Lo viste hermano