Kiriko:
No mentiré, no tengo porque hacerlo, odio que me traten como niña pequeña, por más que Nuriel me lleve milenios de ventaja.
— Fénix. — es lo primero que sale de mi boca, cuando Kalila me cede el control y por supuesto que Nuriel me mira, al igual que los demás.
— Cazadora. — dice para que prosiga, y aunque últimamente he tomado el nombre de cazadora como insulto, sé que este fénix solo está regresando mi forma de llamarlo, ¿será nuestro juego? Espero que sí.
— A no ser que estemos follando y yo brincando sobre ti, no me gusta que me tomen como niña que no sabe sentarse sola. — sus ojos centellan, el calor de su cuerpo incrementa tanto que hasta me siento un poco sofocada.
— ¿Es una invitación? — consulta el muy coqueto, aunque la dureza que pincha mi trasero me deja en claro que me habla muy en serio.
—Podria…
— ¿No tenía salgo importante que decirnos? — el gruñido de mi lobo me hace sonreír.
— Sí, cierto… — giró a ver a Tahiel y puedo jurar que de la forma en la que me ve, sa