—Te amo—susurraba dando besos en toda su espalda—. Todo estará bien.
—Soy un inútil—Oliver se dio la vuelta para quedar frente a frente.
Su cabello revoloteado lo hacía ver como un chico normal pero su semblante triste me rompía el corazón. Acercó más nuestros cuerpos desnudos tapados por unas finas sábanas y hundió su cabeza en mi cuello.
—¿De qué me sirve ser un rey si no puedo proteger a mis seres más queridos?
—Lo que pasó con Ruth no es algo que se podía solucionar—intentaba calmarlo.
—No es solo eso Rosali, yo real