Me moría de ganas de enfrentar a Jennifer. Estaba tan celosa que quería destrozarla a dentelladas. Eso sentía. Por eso aproveché que no jugaba en el torneo para ir al club de Marcial y tratar de hablar con ella y aclarar las cosas, lo que, definitivamente, era una gran tontera porque yo no tenía ninguna relación con Boniek y él podía salir con quien le diera la gana, sin embargo mis celos me eclipsaban y me empujaban a hacer todo tipo de insensateces.
Desayuné con Milton. Él me hizo un sabroso lomo saltado, muy al jugo, que comí con delicia.
-¿Jennifer trabaja mucho tiempo aquí?-, le pregunté entonces.
-Sí, luego que Marcial se hizo cargo de todo, llegó ella y se ha convertido en su brazo derecho-, me dijo acomodando en mi mesa el sabroso platillo, dos tazas de café con leche y varios panes.
-¿Ella es secretaria?-, pregunté juntando los dientes. Los celos martillaban mi cabeza sin cesar. Él jaló una silla y se sentó a acompañarme.
-Eso no sé, creo que estaba estudiando derecho,