Me alegra bastante que lo pude matar.
Rebeca se recostó un momento en mis hombros y yo estuve ahí, siendo su apoyo emocional. Aunque no soy un buen apoyo emocional. Qué vergüenza. Las horas pasaron y simplemente la ansiedad me hacia su presa porque ya quería que pase el tiempo, pero era tan lento que desesperaba.
Reina entro a la habitación, nos acondicionó otra vez y nos tomó de la mano, al salir, nos dimos cuenta de que era un club bastante grande y esta solamente era la primera planta, a la derecha vi la puerta de donde sacaron a la chica. Ya tenía de donde entrar. Había hombres por doquier, mujeres bailando, varias que cantaban una canción pop y muchas chicas que se paseaban desnudas por la zona llevando bebidas. Incluso llegué a reconocer a varias personas famosas del gobierno… vaya.
Reina nos llevaba hasta la mesa de un hombre que a simple vista parece repugnante