URIEL
Mi pecho sube y baja, la adrenalina recorre todo mi torrente sanguíneo y creo que no voy a soportar el estar un día sin poderla ver, Aiden King es un maldito, no debió meterse donde no le llaman, pero ignoró mis advertencias y ahora tiene algo que solo me pertenece a mí.
Miro a mi alrededor, el desastre es claro, todo está desordenado en la oficina de mi padre, quien luego de la pelea, se marchó sin decir una sola palabra. Mejor.
Camino de un lado a otro, pensando en cómo recuperarla, podría retarlo de nuevo, pero eso me dejaría ante todos como un mal perdedor, y tengo una reputación que cuidar. Ganó esta batalla, no me va a ganar la guerra.
Se supone que sería mía, y ahora no dejo de pensar en sí lo hizo porque le gusta o si en este preciso momento se la está follando duro como me gustaría hacerlo yo. La idea me enferma y aparto de mi cabeza eso.
Estoy sirviéndome un nuevo trago, cuando la puerta se abre y es mi padre quien entra, cierra a sus espaldas, mira todo y se queda est