Hoy era uno de esos días donde no quería ir a la escuela, no me sentía bien, las voces en mi cabeza no se callaban, debía fingir que todo estaba bien. Estábamos terminando de desayunar cuando mamá me habló.
— Linda ya encontró tu nuevo psiquiatra, si quieres voy contigo.—estaba recogiendo la mesa, hoy ella está libre.
— No hace falta mamá, ya estoy acostumbrada a esto, no tienen que pausar su vida por mí.—jugaba con las migajas de pan que estaba en mi plato
—Chicos nos dejan un segundo a solas con su hermana.—Papá miró a mis hermanos todos se pararon de la mesa.