“El conocimiento empieza en el asombro”
Sócrates
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— ¡Quiero un hijo! ¡¿Por qué es tan difícil que me complazcas con lo que deseo?!
Escuchar esa queja comenzaba a irritarme, no por la sencilla razón de no poder darle con facilidad lo que me está pidiendo, sino más bien, porque últimamente me lo repite y ahora en un solo día, ya van como cinco veces que lo hace, no sólo arruinando con mi paz interior sino más bien, con mi cordura y tolerancia; porque si soy sincera, ya me he cansado de que me recrimine en no poder satisfacer uno de sus sueños cuando el problema no soy yo, sino más bien, uno de los dos quien al parecer no está haciendo el trabajo adecuado para engendrar a un bebé.
Lo veo caminar de un lado a otro como un león enjaulado, su insistencia ya no sólo me hostiga sino que su pedir ya se ha vuelto una exigencia la cual no logra suceder a pesar que ya he intentado los últimos meses en quedar embarazada por diferentes medios, añadiendo que hace ya un año he dejado de utilizar métodos anticonceptivos para que su deseo pronto se haga realidad, pero el caso viene en que ya hemos intentado la mayor parte de eventos para engendrar a un bebé de forma natural, voluntaria y planeada.
Bueno, planeada no tanta… Porque aún sigo diciendo que la idea de tener un bebé ha sido de parte de Rade quien no tengo absolutamente la idea porque hoy tiene las ansias de querer ser padre cuando unos dos años atrás la propuesta de formar una familia para él estaba fuera de su lista de deseos cuando lo único que quería era éxito, poder y dinero. Mala suerte que mi esposo no haya obtenido esas tres cosas y ahora su cuarto deseo se ve más lejano que las otras tres.
—Sigues usando la píldora, ¿verdad? —Me acuso.
—Dejé de usar la píldora hace un año. —Digo molesta agarrando la tetera para ponerle agua y así calentarla en la estufa antes de tomar un té para relajarme.
Ya es demasiado frustrante tener que discutir el mismo tema de siempre luego de haberlo tocado nuevamente en la cena, algo que no debió ser así porque ya he empezado a tener disgustos gastrointestinales gracias al estrés y ansiedad que me provoca Rade con recordarme los motivos porque no puedo procrear con facilidad un hijo suyo.
Me es difícil seguir escuchando sus palabras cuando ya son suficientemente dolorosas para estar sometida en la pequeña cocina tolerando sus reclamos como si fuese infértil cuando sé que no lo soy. Eso ni siquiera es poco para bajar mi moral y autoestima cuando me recuerda que una virgen puede quedar más fácil embarazada que alguien como yo quien quizás ya su aparato reproductor se encuentra viejo para no permitir que engendre un bebé.
Es complicado tener que justificar las palabras de Rade cuando son bofetadas en el rostro al no sentirme capaz de quedar embarazada… Pero, ¿qué sucede si en verdad no es el momento adecuado para que eso suceda? Últimamente no he visto clara la idea de que desee ser madre o que por lo menos, pueda sentirme capaz de criar a un bebé cuando la empresa para la que Rade trabaja está a punto de considerarse en banca rota mientras que mi esposo ya tiene la idea que estará desempleado y por supuesto, no hace más que ahogar sus penas en gastarse el dinero que apenas tenemos en casinos que para su mala suerte siempre terminan por estafarlo o perdiendo en los juegos…
Eso sin añadir que próximamente me ascenderán de puesto y quedar embarazada antes del tiempo solo lograra que alguien conserve el puesto que debía tener por mi dedicación y esfuerzo en mi trabajo; además aún no siento que el rol de madre sea para mí o que cambiar pañales o comprar biberones sea una meta a corto plazo que deseo tener.
No, así no se puede traer a un niño al mundo, no con la inestabilidad económica y emocional que estamos enfrentando como pareja. Sé que cuando tengamos ambas cosas, el momento perfecto pueda llegar y quizás, solo así, quizás pueda ejercer mi rol de futura mamá comprometida a darle ese tiempo y amor a su bebé pero mientras tanto no quede embarazada, el curso del camino sigue bien.
—Danika, ¿has ido con la ginecóloga? Quizás tú seas la del problema. —El estómago se me revolvió al escuchar eso.
Fuera fácil decir que yo soy la del problema cuando los hombres también pueden tenerlos, además la última consulta que hice con mi ginecóloga me confirmo con certeza, que cuando lo deseara, podía comenzar a planificar un bebé porque no tengo ni un problema grave que haga que no me pueda embarazar rápido como un conejo.
—Rade, podemos dejar de hablar sobre el tema de paternidad… —me acaricié la cabeza mientras saco de una caja, un pequeño sobre de té de canela.
— ¡No quiero! Tengo treinta y cuatro años, ¿esperas que mi hijo me llame abuelo? —suspiro.
—Hay hombres que se convierten en padres en sus cuarenta o cincuenta años —le digo protestando.
— ¡Pero con sus amantes! —Abro la boca admirada por su idiotez.
A estas alturas reconozco que no sé con quién me casé, llevo ya cinco años preguntándome lo mismo pero los tres años que quedan de sobra, nunca creí que llegaría a esta etapa de creer que el matrimonio con el paso de tiempo se puede ir deteriorando si tú y tu pareja no coinciden en tener algunas metas por igual, y por supuesto, eso me sucede con Rade. Porque aquí, quien le ha puesto más sal a la sopa he sido yo; mientras tanto mi esposo ha considerado mantenerse sumergido en sus propios propósitos y logros que es extraño que a veces los comparta conmigo, aunque ya en estos dos últimos años solo se la pasa fuera de casa, con sus amigos y emborrachándose a punto de dejarle de importar que tiene una esposa en casa, unas cuentas que pagar y un trabajo al que presentarse.
—Rade, ¿no te has dado cuenta que si aún no he quedado embarazada es porque quizás no sea el momento adecuado para traer un bebé al mundo? —Él arruga su frente.
—Y ¿cuándo piensas que es el momento adecuado? —Cruza sus brazos cerca de su pecho. —Sabes que las cifras de las mujeres que quedan embarazadas después de los treinta disminuye con la esperanza de que sus hijos no adquieran una enfermedad genética o adquirida. —Ruedo los ojos.
—Oh Dios Rade. —Murmuré aburrida de sus análisis estadísticos. —Leí hace un par de semanas en una revista de maternidad que dice que si tienes un hijo después de los treinta puede nacer siendo un genio. —Intenté quitarle aquella idea tonta de la cabeza.
—Y sabes que una parte de la población mundial de personas con un coeficiente intelectual sobresaliente al promedio pueden terminar siendo asesinos en serie o psicópatas. —Puse los ojos en blanco mientras respiraba profundamente.
No tengo idea de dónde ha sacado tantas teorías pero la única defensa que tengo en todo esto es que no habrá bebé hasta que la oportunidad no llegue por sí sola, si lo hemos intentado durante las últimas semanas y no he mostrado un signo de estar embarazada, pues esa ya no es mi culpa. Además los test caseros no me han mentido y aunque las primeras veces las sentí decepcionantes ya he empezado a acostumbrarme que en sí, siempre el test de embarazo me mostrará una línea en vez de ser dos.
—No quiero hablar más del tema, ha sido un día largo y mañana debo llegar temprano al trabajo, mi jefe tiene una reunión con sus ejecutivos y Josip le presentara a los dos futuros candidatos para que tome su lugar… —Prepare mi té antes de ir a dormir.
—Te oyes muy segura como si a ti te darán ese puesto de gerente. —Dijo con ironía.
—Bueno si quiero tener ese ascenso de gerente de logística debo de dar una buena impresión antes que Stefan sea a quien se lo dé. —Le digo angustiada.
Y no es por nada, pero la razón por la que actuó de esa forma es porque al parecer aún seguimos viviendo en el siglo antiguo en donde a los hombres son quienes más les dan cargos de gerente que a las mujeres, por la simple razón que sus ausencias y manejos emocionales como comportamentales son los que los ayuda a tener un ascenso rápido, no porque las mujeres aún seguimos buscando esa aceptación para que no nos vean como seres vulnerables y sentimentales.
Además siempre he soñado con tener ese cargo, como también, ser la primera mujer en ser gerente en la empresa que trabajo, no es que esté señalando que Kavala’s Industry sea un lugar en donde se discrimina el género femenino sino más bien, quiero reflejar que cualquier mujer si se propone una meta puede llegar a alcanzarla. No me tomó convertirme en asistente de logística de un día para otro, casi han sido diez años y eso sin decir que estoy agradecida con el señor Thalassinos por haberme dado una oportunidad en trabajar en su empresa a pesar que cuando llegué allí comencé poniéndole etiqueta a los vinos.
—Quizás el estrés de convertirte en la próxima gerente de logística sea la razón por la cual no puedes quedar embarazada —se acarició la barbilla mientras achica sus ojos analizando la situación.
— ¡Rade! —Lo reprendo enfurecida al ver que no termina de hablar sobre el tema de bebés.
Se levanta del taburete de la cocina para alzar sus manos en forma de rendición mientras se acerca a la nevera para coger una cerveza en lata.
—Bien, queda concluido el tema por esta noche pero quiero volver a intentarlo mañana. —Bufo decepcionada al ver que no se rinde
Prefiero no arruinar más nuestra noche terminando con una pelea si me pongo a discutir el asunto sobre que ya estoy cansada de seguir intentando para que las cosas no resulten. Creo que tengo más problemas importantes en mi cabeza con los cuales centrarme para seguir incluyendo en mi lista a un bebé que no deseo.
Agarro mi taza de té para volver a mi habitación, lo único que necesito por ahora es seguir impresionando a mi jefe para que vea que en serio me comprometo a tomar el cargo de gerente de logística. No me hubiera propuesto esa meta si no creyera que dentro de un par de semanas el señor Josip estará a punto de pedir su carta de renuncia debido a que ha llegado su momento de jubilarse, en donde solo uno de dos de sus mejores aprendices son los que tomaran ese puesto que dejara. La verdad, nunca pensé en ser competitiva por un cargo que he deseado desde hace más de cinco años y ahora que ha llegado ese momento en que pueda obtenerlo, nada ni nadie hará que mis sueños se derrumben.
(…)
Siento un nudo en el estómago en el momento en que el reloj marca las 8:30 a.m. Es hora de entrar a la oficina y escuchar como mi subjefe se prepara para darle la noticia al señor Thalassinos sobre su retiro en la empresa, en donde antes de marcharse le propondrá a nuestro jefe a dos personas que puedan tomar su lugar, no sólo reconociendo las habilidades o la experiencia que tienen con su desempeño laboral estos años siéndoles fiel a Kavala’s Industry sino que también el conocimiento y la responsabilidad que tomara al momento de convertirse en gerente.
El señor Josip fue muy específico conmigo y con Stefan, las razones por ser sus candidatos no sólo ha sido por ser su segunda mano y asistentes dentro del departamento de logística de la compañía, sino que también porque sabemos dominar nuestra profesión con perseverancia y amor.
Además, me siento un poco con suerte, al saber que uno de sus requisitos ha sido que conozcamos bien la empresa, las influencias poderosas que tiene y del labor que tendremos a cargo con respecto en la mercadería de los vinos a nivel local e internacional; todo eso lo comprendo muy bien porque a pesar que no viví las primeras seis décadas de la empresa, crecí en ella y me forme como profesional aquí, teniendo oportunidades grandes y luchando cada día por aprender cosas nuevas que me llevaron a ascender de puesto poco a poco; por lo menos, eso es lo que tengo aunque Stefan me lleve la ventaja de tener la capacidad y liderazgo de ser un gerente cuando en su trabajo antiguo también lo fue pero cómo poder luchar con un veterano que se la ha pasado descubriendo nuevos intereses en varias empresas y saltando de ellas para tener más experiencia, en ese rasgo si puedo decir que él me lleva a la delantera, pero yo conozco la metodología de trabajo de esta compañía, estuve desde que el señor Basil Thalassinos aún se encargaba de su cargo de jefe hasta que su único hijo, Demian tuvo que reemplazarlo debido al cáncer de pulmón que tuvo por fumar muchos cigarros cuando sus cuadros de ansiedad llegaban a interrumpir su armonía en el trabajo.
A lo lejos veo como aparece mi jefe con un semblante serio y malhumorado al escuchar una noticia de su analista financiero, se toca la cabeza y pasa tan solo una vez su mano en su cabello logrando que un largo mechón travieso se levante terminando por caer en su frente, tocando una de sus cejas gruesas y oscuras. Atrás de él van todos los supervisores y ejecutivos que se reúnen a cada quincena o mes para ver con detalle el progreso de la empresa de licores; por un momento me imagino que tendré que formar parte de ese club de machos alfa que están preparados para darle todo tipo de datos estadísticos e información al señor Thalassinos acerca de la compra, venta y exportación del producto que mantiene esta empresa a flote.
Me acercó un poco para dar un saludo de buenos días seguido de ser respondida por varios de los gerentes de las distintas áreas de la compañía, agregando al superficial Demian Thalassinos que apenas responde al saludo para centrarse en la reunión que dará; Josip me hace una señal para que entre junto con Stefan que está a su lado y parece haberse encontrado con él minutos antes de marcar su llegada de entrada. La asistente del jefe es la siguiente en entrar para tomar la IPad para ir haciendo anotaciones sobre lo que se hablará este día; me siento un poco nerviosa porque es primera vez que estaré en una reunión ejecutiva con todos los asesores, gerentes, auditores, inversionistas y socios de Kavala’s Industry; esta es una nueva experiencia y le agradezco al señor Josip que haya convencido al jefe para que participáramos en esto antes que eligieran al próximo gerente de logística.
—Buenos días señores, antes de comenzar con la reunión quiero expresar mi decepción con ustedes sobre la falta de interés que le están tomando a la producción de las conservas de los vinos, sabrán que la compañía ha tenido un pequeña curva baja en los últimos días en sus ventas lo cual para mí, es absolutamente inconcebible cuando estamos en una buena temporada de producción. —El señor Thalassinos le dio una mirada a todo su equipo. —Sin añadir que la empresa Marković ha empezado a ser nuestra propia manzana de la discordia entre la comercialización de nuestros mejores licores de calidad. —Dijo él con un rostro molesto.
Marković Company ha sido la competencia de Kalava’s Industry desde hace cinco años, por lo que sé, las ventas entre ambas empresas casi llegan a estar al mismo nivel pero los comentarios buenos y famosos siempre se los lleva Kalava’s por el hecho que el producto además de ser reconocido, mayormente ofrece las mejores marcas de licores y vinos de calidad donde la imagen se mantiene haciendo que los nuevos compradores no se rehúsen a firmar con la compañía para proveerles un producto que además de ser bien comprado, les da un buen monto de dinero y más clientes en su próxima visita.
—Ahora bien, quiero que me respondan una interrogante, ¿quién es el traidor que ha ido hasta Marković Company difundiendo los números de cuentas de nuestras ventas y dándoles nuestros secretos como empresa para seguir creciendo cada año? —Todos se quedaron callados mientras se ven uno a los otros.
El señor Thalassinos le dio una mirada a todo su equipo de trabajo, como si por medio de sus expresiones faciales o movimientos corporales distinguiera quien puede ser la persona que entrego un dato importante a la empresa competidora; hubiera querido saber si el gerente administrativo o el gerente financiero tienen algo que ver con ello pero son quienes más se les ve tranquilos y despreocupados, sin embargo, no quiera decir que ellos no lo hayan hecho cuando son muy cercanos a esa base de datos.
— ¿Nadie? —Dijo irónico. —Entonces, no me queda de otra… —Paso su mano en su barbilla —Señor Ćuk, le pediré que luego de terminar la reunión pase a la oficina de recursos humanos, el señor Lažetić ya tiene su la carta renuncia. —Todos observaron al ejecutivo de ventas ponerse pálido al ver que ha sido descubierto.
—No puede despedirme de esa forma… —contraatacó el señor Ćuk.
— ¿Quién dijo que lo voy a despedir? Usted será quien renuncie a la empresa, por esta vez le perdono su falta de ética profesional pero si intenta tomar venganza ante esta situación —el jefe levanto la mirada luego de revisar unos documentos —, considere la idea de que nadie le dé trabajo y tenga que vivir lamiendo los zapatos de otros.
El silencio en la sala de reuniones fue la respuesta correcta que el señor Thalassinos quiso dejarle no sólo al señor Ćuk en claro sino que también a todo su equipo de trabajo, por la sencilla razón que después de está traición, él no confiará en nadie. A demás, como no tenerle miedo si es considerada como una de las personas más influyentes económicamente en el país, y no sólo porque Kavala’s Industry sea su próximo legado al ser un negocio familiar que ha prosperado durante años en el comercio de Croacia sino porque Demian Thalassinos es un hombre temido por muchos por su inteligencia, audacia y perseverancia en su trabajo, con grandes influencias en el mercado de vinos y con hectáreas grandes de cultivos de uvas y especiales reservas de licores que son compradas por personas de alta sociedad en sus fiestas.
En sí, Demian Thalassinos no sólo es un jefe en Kavala’s Industry sino que también una gran figura del mercado de negocios que ha sido hasta señalado por revistas económicas y administrativas como uno de los cien hombres más poderosos del siglo que ha logrado evolucionar lo que una vez su abuelo construyo para ser heredado por su padre y ahora por él.
— ¿Tiene alguna otra queja, señor Ćuk? ¿Quiere compartirla con el resto del equipo? —aquel hombre que fue considerado como uno de los que se ganó la confianza del jefe ha sido pisoteado en tan solo tres minutos.
—No. Muchas gracias por darme un lugar en Kavala’s Industry, señor Thalassinos. —Fue como su despedida al levantarse de la silla y dirigirse a la puerta de salida.
—No quiero verlo cerca de esta empresa, señor Ćuk. Sino aténgase a las consecuencias. —Fue lo último que dijo el jefe dejando ir a uno de sus mejores empleados.
Cuando el ejecutivo de ventas salió de la sala de reuniones, de nuevo el silencio y la tensión llego haciendo que todos nos quedáramos cabizbajos ante la decisión repentina que tomó el señor Thalassinos, logrando que viéramos que él sigue teniendo el poder sobre nosotros y haciéndonos ver que seremos nada más y menos que otros empleados sumisos que debemos de acatar las órdenes de nuestro jefe sino queremos quedarnos en la calle sin trabajo.
—Espero que el asunto no se repita, esta es una empresa con valores y no permitiré que alguien apuñale de esa forma todo lo que hemos logrado estos años. —Trague hondo al ver el gesto duro que formo en su rostro.
El señor Josip nos hizo una señal para que tomáramos nota sobre la personalidad y el comportamiento que nuestro jefe toma a la hora de ver como su empresa ha sido manipulada por manos incorrectas. Respiro profundo para luego dejar ir un suspiro, por un momento pienso que será mejor no causar ese tipo de problemas en algún momento, es demasiado tedioso tener que soportar últimamente a Rade con sus ingenuos caprichos de querer tener un bebé para ahora soportar el comportamiento de mi jefe que parece no importarle decir la verdad en frente de su directiva.
En esas par de horas que me quede para escuchar y observar el manejo como la posición de pertenecer a la directiva de la empresa, me hice muchas preguntas que debí guardármelas al final debido a que no podía interrumpir la reunión; solo sé que el señor Thalassinos sabe muy bien lo que hace hasta me da un poco de temor que cada detalle lo tenga controlado cuando se lo manifiesta en pocas palabras a varios gerentes al reportarle cómo se encuentra su área de trabajo y la motivación que tiene sus empleados.
—Quiero dar una noticia antes que se marchen —todos nuevamente posicionaron sus ojos en él —, como sabrán en dos semanas el señor Smirak dejara su puesto de trabajo para jubilarse, por lo que nuestro protocolo y políticas de la empresa requieren de una nueva figura para ocupar su lugar. —Sentí como mis sentidos se avivan al escuchar eso.
Tuve que controlar el impulso de ver impresionada al señor Josip al escuchar que se retira en dos semanas cuando lo que conocía fue que sería en un mes o dos, pero ahora, todo suele ser lo contrario porque a pesar que deseo ser la próxima gerente de logística, me encantaría seguir aprendiendo de mi subjefe cuando todo esté tiempo ha sido mi maestro en seguir supervisando una parte esencial de la empresa.
—Como todos sabrán, el señor Smirak ha trabajado cuarenta años para la empresa, ha sido uno de los mejores empleados que hemos recibido y mi padre lo considero como un emprendedor quien aporta ideas fantásticas de cómo superarse en la parte de logística de Kavala’s Industry —hice una sonrisa pequeña al ver como el señor Smirak le brillan los ojos de orgullo al escuchar aquellas palabras —, siempre ha sido un hombre de confianza y quien acepta nuevos retos a pesar que con el cambio de los años ha debido de ser un poco flexible con la nueva tecnología, sin embargo ha sabido aprovechar los conocimientos de la nueva generación. —Me pregunte sobre quién no desearía que su jefe lo alague de esa manera entre todos los demás. —Aunque hoy les debo de dar la noticia de su retiro, y aprovechando para conocer al nuevo gerente, él ha invitado a esta reunión a dos partidarios para tomar su lugar. —La mirada de todos permaneció en mí y en Stefan. —Le concedo las palabras señor Smirak. —Dijo el jefe.
El señor Smirak se levantó de su asiento para poder decir lo que serán sus últimas palabras a pesar que pueda haber otra reunión antes que se marche de la empresa, sentí una admiración por ese hombre que me ayudo a crecer de una manera sin igual en lo laboral, no sólo enseñándome estrategias de administración, gestión y planificación sino que también a aprender, valorar y amar mi trabajo.
El señor Josip se dedicó a decir unas simples y sencillas palabras, agradeciendo a Demian y Basil Thalassinos por haberle brindado todos estos años un trabajo, un segundo hogar en la empresa y por valorar todo su trabajo. Pude haber imaginado que estaría a punto de llorar pero al parecer mantuvo un buen control emocional que solo se permitió seguir dando su corto discurso para luego tener que reaccionar y así, escuchar cómo nos presentaba ante los demás.
—La señorita Blažević y el señor Bizjak, son los dos mejores candidatos que tengo para que me reemplace en mi puesto de trabajo. —Mi corazón no dejo de latir rápido.
Observo como el señor Thalassinos abrió una carpeta en donde empezó a leer unos documentos, mientras que todos los gerentes y ejecutivos también de sus lugares designados, tomaron unas hojas de papel haciendo que leyeran lo que se encontraba escrito; hubiera querido preguntar qué es lo que está sucediendo en ese momento pero iba a ser imposible poder entender todo cuando debo de guardar silencio y ser paciente aunque me disgustara quedarme callada mientras veo a todo el mundo discutir en susurros unos contra otros.
Le doy una mirada al señor Josip haciendo que se encuentre pronto con la mía, deja ir una sonrisa llena de seguridad, aunque por una parte mi sexto sentido de intuición me hizo saber que algo ha planeado y entre ello, se debe a la elección del nuevo gerente de logística.
—Esto lo haremos fácil y rápido para no seguirles quitando su tiempo —cerró la carpeta el señor Thalassinos para ver a su equipo —. Lo que han leído es un pequeño reporte sobre las destrezas que ambos candidatos tienen para el puesto, esto con el fin de que también ustedes tengan la libertad de dar su elección —abrí los ojos en grande —, ahora, quienes de ustedes piensan que la señorita Blažević debe formar parte de nuestro equipo.
Observo como sólo dos personas son las que optan por elegirme como la futura gerente de logística; por supuesto, los que han votado por mí no han sido más que el gerente de recursos humanos y el gerente de marketing; estoy un tanto decepcionada porque no tengo la idea si ha llegado a ser porque a mi lado tengo un experto en el área de gerencia o porque se tomaron la delicadeza en optar por un hombre antes que una mujer. Intento no hacer un gesto de molestia como de decepción al mismo tiempo; pero pronto el señor Thalassinos supo que los otros tres gerentes que quedan por votar son los que apoyaran a Stefan; así que sólo me di cuenta como hizo una mueca con su boca para sentarse muy bien en la silla y darle a una mirada a todo su equipo de trabajo.
—Señor Smirak, ¿quién de sus dos candidatos elije para tomar su lugar? —Dijo el señor Thalassinos.
Abro los ojos admirada al saber que con aquella pregunta, nuestro jefe ha puesto contra la espada y la pared al gerente de logística, lo peor de ello es que tendrá que elegir entre los dos mejores candidatos por lo que ha optado para tomar su lugar aunque lo peor ni siquiera ha llegado y ya empiezo a sentirme mal.
— ¿Ha tomado una decisión, señor Smirak? —Ay Dios, creo que necesitare de un buen vaso con agua helada.
—Sí, elijo a la señorita Blažević —lo miro con sorpresa.
—Bien —veo como nuestro jefe empieza a ordenar unos papeles —, en mi caso elegiré a la persona ideal para esté puesto de trabajo no por los años que lleva empleando en la empresa o porque tiene una hábil experiencia en el área —Stefan y yo nos dimos una mirada mutua —, bienvenida a la junta directiva señorita Blažević. Será un gusto trabajar con usted al ser la primera mujer formar parte de este equipo. —Comentó él. —Ahora bien, les tengo otras noticias.
Tome una bocanada de aire con mucha fuerza y profundidad, puedo sentir como mi cuerpo se llena de felicidad a punto de querer empezar a saltar y dar gritos como una niña pequeña que acaba de ganar un concurso o una competencia de talentos, simplemente lo que siento en ese momento es algo asombroso, tanto que no puedo esperar por contárselo a Rade sobre mi nuevo ascenso al puesto de trabajo que siempre soñé.