"Hana"
Miré a Rubens, respiré hondo y me senté. Antes de cerrar la puerta Rafael me miró y movió los labios para decir un "te amo, va a salir todo bien" silencioso. Mi corazón estaba disparado, mi boca seca y mis manos sudando. Sentía el miedo dentro de mí, pero no tenía miedo por mí, tenía miedo por él, miedo de que el amor de mi vida se lastimara o que fuera mucho peor.
El silencio que envolvió esa sala era más aterrador que la banda sonora de una película de terror y dejaba todos mis sentidos más agudos. Oí el "plin" del ascensor parando en el piso y miré a Rubens rápidamente, me hizo un movimiento de cabeza y susurró "mantén la calma". Me volteé hacia el escritorio y fingí leer algún papel que estaba ahí.
—Muy quieto. Muy fácil. Muy extraño. —Oí la voz de uno de los hombres que había llegado decir.
Levanté los ojos del papel y los posé sobre Frederico. Su mirada era asesina, fría, con una ausencia de emoción que decía que desconocía culpa o remordimiento, había un brillo depred