"Jennifer"
¡Mi vida había terminado! Nunca más sacaría la cabeza fuera de casa. ¡Qué humillación! Sentía el arrepentimiento corroerme enterita por dentro y la vergüenza arder en mi cara. Salí de ese desastre que fue la fiesta del tiíto como si fuera una bandida, escondida y envuelta en el saco del traje de mi hermano que, afortunadamente, me sirvió como un vestido.
—¿Qué estás haciendo en mi cuarto? —Le pregunté al volver del baño y ver a Boris sentado en mi cama.
—Vine a ayudarte. ¡De nuevo! —Boris me encaró y me indicó el vaso que estaba sobre la mesita de noche. —Tómate eso, se te va a quitar el dolor de estómago.
—¿Tienes un remedio que quita el dolor de estómago y decides dármelo solo dos horas después de que empezó este infierno? —Lo miré con rabia.
—Hermanita, tómate el remedio y siéntate aquí. —Pidió dulcemente e hice lo que me dijo, sentándome a su lado en la cama. Pasó el brazo sobre mi hombro. —Necesitaba que te arrepintieras para que vieras tu error.
—¿Arrepentirme? B