"Melissa"
Recibí un mensaje de Heitor diciéndome que había recordado algo urgente y que cuando regresara me lo explicaría. Traté de llamarlo, pero el celular estaba apagado, lo cual era muy extraño. Me quedé de pie, recargada en mi escritorio pensando. Esos dos pensaban que me engañaban, pero no, había algo malo pasando y yo tenía que descubrirlo. ¿Pero de quién iba a sacar la información?
—Hola, gatita, ¿vienes siempre por aquí? —Enzo apareció en la puerta de mi oficina, ahí estaba el primer eslabón débil de esa cadena.
—¡Gatito! Entra. Ven acá, cuéntame las novedades. —Le sonreí y él me miró desconfiado.
—¡Ay! Te conozco, gatita, esa mirada es de quien quiere algo. —Enzo habló y se sentó en la silla a mi lado—. Mel, estás muy guapa, ¿eh? Tienes razón de que los tipos se queden babeando cuando pasas.
—¡Gracias, mi lindo! Pero no seas tonto y no cambies de tema, no te vas a escapar. —Lo encaré.
—Hablo en serio. Pero anda, cuéntame, ¿qué puedo hacer por ti? ¿Qué quieres? —Me pregu