"Melissa"
Regresé a mi apartamento, demasiado alterada por las palabras de Rafael, porque me di cuenta de que las personas ya comenzaban a percibir que yo estaba en último plano en la vida de Fernando. Y no quería quedarme debatiéndome con eso, tratando de ganar una importancia en su vida que él no parecía dispuesto a darme.
Fui hasta el cuarto y él todavía estaba durmiendo, tomé la nota que había dejado y la tiré a la basura, ya había regresado de todas maneras. Entonces volví a la cocina y preparé el almuerzo, almorcé sola y pasé toda la tarde sola esperando que despertara, lo que pasó solamente a las cinco de la tarde.
—Hola, abejita. Discúlpame, dormí demasiado. —Apareció en el balcón del apartamento y se agachó para darme un beso en la cabeza.
Ya había llorado por un buen tiempo sentada ahí, pero prefería que no lo notara. Entonces me aclaré la garganta antes de hablar.
—Hola, Nando. Hay comida en el refrigerador, ¿quieres que te la ponga en el microondas? —le pregunté.
—No,