"Ricardo"
Terminamos lo que empezamos en ese sofá y fue tan sensacional como fue en su cama. ¿Qué encanto había echado esa chica sobre mí? Nunca sentí nada tan intenso en el sexo. Era como si se moldeara a mi cuerpo y supiera exactamente cómo y qué hacer.
—¿Qué es esto? —Conjeturé aún agarrado a su cuerpo después de un orgasmo intenso y que me dejó con las piernas débiles.
—¡Si no es perfección, es algo bien cerca de eso! —Respondió aún jadeando y me reí. Pero tenía razón, el sexo que estábamos compartiendo era perfecto.
—No eres más que una chica y yo soy un hombre hecho, no debería estarme dejando llevar tan fácil así. —Terminé hablando de más y me arrepentí, tal vez hasta había arruinado ese momento, pero se rio, tan relajada, y sus manos subieron y bajaron por mi espalda, dejándome relajado.
—Hablando así, parece que eres un viejo. —Se rio una vez más y levanté mi cabeza de la curva de su cuello y la encaré.
—No diría viejo, pero un hombre llegando a la mediana edad. Mientras