"Patricio"
Rick y yo conversamos mucho, tenía mucho tiempo que no hacíamos eso y fue bueno saber sobre la vida de mi amigo. Almorzamos en el club y quería mucho hacerme un masaje, pero estaba lleno y no tenía horario disponible. Invité a Rick a ir a mi casa, pues aún no había visto el resultado de la remodelación, de hecho, solo Lisandra y mi mamá lo habían visto. Sonreí al pensar en mi dulce, esa mujer estaba ocupando mucho mis pensamientos.
—¡Rick, qué bueno verlo por aquí! —Wanda se levantó de donde estaba en la barra de la cocina para saludar a mi amigo.
—¡Wandita! Cada vez más hermosa. ¡Ese cabello plateado te queda muy bien! —Rick siempre ofrecía un elogio a las mujeres, era de su personalidad tratarlas como diosas maravillosas.
—Ah, niño, estos cabellos blancos son señales de vejez. ¡Eso sí!
—Wandita, a lo mucho son señal de experiencia. ¿Cómo van las cosas por aquí?
—Empezando a mejorar, ya que mi niño empezó a traer a los amigos de nuevo. Prometió que ustedes van a volve