"Manuela"
Entre la visita del papá de Flávio el sábado y el almuerzo del domingo en casa de Alessandro y Catarina, terminé no llamándole a mi hermano, pero quería saber pronto de Camilo qué estaba pasando. Aproveché mi hora de almuerzo para hacerlo.
—¡Hola, Manuelita! ¿Cómo estás mi hermana? —Camilo me atendió con el mismo tono cariñoso de siempre. No importaba lo que estuviera haciendo, o cómo estuviera su humor, siempre me atendía así.
—Estoy bien. ¿Y mi hermano preferido, cómo está? —se rio, desde niña yo decía que él era mi hermano preferido y él decía que adoraba eso. Pero realmente era el preferido.
—Estoy bien. Con tantas ganas de verte que voy a visitarte este fin de semana. ¿Puedo hospedarme en tu casa? —me pareció extraño, pues pasé un año en esta ciudad y él no podía venir a verme, ahora, pocos días después de hacerme una visita ya haría otra.
—Tú y Olivia siempre pueden quedarse en mi casa. Me alegra que vengas a verme, pero ¿hay algún motivo especial? —siempre fuimos