"Reinaldo"Estaba mirando por la ventana, escuchando a Nicole contar sobre su encuentro casual con Heitor en el club. Que estos dos se acercaran de nuevo no sería malo para mí. Nicole es una interesada calculadora y Heitor un idiota manipulable, ella podría distraerlo mientras yo me acerco a Samantha.Recuerdo bien cuando me la presentó, él estaba muy enamorado y la zorra lo traicionó en su cara. Ah, ¡eso había sido divertido! Solo aquel idiota no se dio cuenta de que la chica no valía nada.—¿Qué opinas, Reinaldo? —Nicole preguntó cuando terminó de hablar, pero ni siquiera había prestado atención.—Creo que deberías reconquistar a Heitor. —Dije todavía mirando por la ventana.—Pues eso es lo que acabo de decir. Y ni siquiera será un sacrificio, está aún más guapo que cuando salía con él. —Colocó la lima de uñas sobre su labio.—Y mucho más rico. —Comenté y ella se animó bastante.—¡Esto es perfecto! —Esta arpía realmente lo que le gusta es el dinero, pensé viendo su entusiasmo.
"Samantha"El resto de los días con Enzo y Clara fue genial, estaban eufóricos porque tendrían un primito o primita y hacían cualquier cosa para consentirme, igual que Heitor, confieso que estaba disfrutando mucho de todo esto.Heitor no perdió tiempo y consiguió una cita para mí con el Dr. Molina, lo que no fue difícil, ya que ahora él salía con mi suegra. Así, después de despedirme de los niños y enviarlos a la escuela, Heitor me llevó al médico.Heitor parecía un niño de tanta emoción. Prestó atención a cada recomendación médica, hizo preguntas y le pidió al médico que anotara todo. Salimos del consultorio muy animados y llenos de planes y después de pasar por una farmacia y comprar todo lo que el médico recetó, Heitor me dejó en el trabajo.Había un arreglo de flores sobre mi escritorio. Eran flores silvestres, o algo así. Bastante bonito, pero sentí algo extraño cuando lo vi. Tomé la tarjeta entre las flores y toda la felicidad que estaba sintiendo me fue arrancada.Las flore
"Samantha"Al final del día, Heitor me avisó que llegaría más tarde a casa, tenía trabajo acumulado y el chofer vendría a recogerme. Después de lo que pasó en el almuerzo, estaba con cierta tendencia a imaginar cosas.Con esa tendencia a imaginar cosas, estuve comiéndome la cabeza con la incertidumbre por más de una hora. Le envié un mensaje a Melissa preguntándole si él estaba en la oficina y me lo confirmó, pero tuve que contarle el motivo de mi preocupación.Me fui a casa y cuando llegué todo estaba muy tranquilo. Los niños habían regresado a su casa hoy y ya los extrañaba. Pero no tardó mucho en aparecer Canela y hacer una gran fiesta conmigo. Desde que llegó decidió instalarse en la cocina, pasaba la mayor parte del tiempo ahí, alrededor de María quien le daba atención, conversaba con él y le hacía mil cariños. Así que pusimos su camita ahí, pero siempre que llegábamos, venía corriendo eufórico.— ¡Canela! ¿Cómo estuvo tu día, amiguito? ¿Eh? —pregunté jugando con aquel perrito
"Samantha"Durante la última semana fui despertada todas las noches, en la madrugada, con el celular sonando y cuando contestaba nadie hablaba del otro lado. Lo único que escuchaba era una respiración pesada, como si la persona del otro lado estuviera jadeando, y eso me dejaba angustiada.Esto me tenía con los nervios a flor de piel. Estaba nerviosa, ansiosa y no dormía bien, ya tenía unas ojeras horribles y estaba cansada.—Sami... ¡Sami! —la voz de Heitor me sacó de mis divagaciones.—¿Eh? ¿Qué pasa, mi lindo? —suspiré.—Sami, necesitas dormir —Heitor estaba visiblemente molesto—. Deberíamos cambiar el número de tu celular.—No es necesario. Esto va a parar —no quería cambiar el número que había tenido por tanto tiempo.—Entonces empieza a dejar el celular apagado por la noche, si alguien necesita hablarte, me llamará a mí.—Es una buena idea, lo haré. Pero ahora, necesito ir al trabajo —me levanté mientras hablaba.—Quédate en casa hoy y descansa, estoy seguro de que eso no
"Heitor"Estaba bastante estresado. Samantha había pasado por una situación horrible ayer solo porque dejó al guardia fuera de la tienda. Reinaldo había cruzado los límites y eso no lo iba a tolerar.Llamé a Flavio, quien sugirió que Sami hiciera una denuncia, pero ella estaba muy afectada, prácticamente no durmió e insistió en ir a trabajar, dejándome aún más preocupado.Llegué a la oficina de pésimo humor, necesitaba quitarme esa piedra en el zapato que era Reinaldo. Otra vez se atrevió a tocar a Samantha, pero esto no se quedaría así.Mis pensamientos estaban completamente enfocados en Samantha y ya estaba demasiado estresado y preocupado. Agarré el saco y salí de la oficina.Llegué al garaje y al acercarme a mi auto no podía creer el descaro de la persona que me estaba esperando. Llevaba un vestido muy corto y vulgar.—Nicole, apártate de mi auto que tengo prisa —dije de inmediato, porque no estaba con ánimos de escuchar nada de esta infeliz.—Vaya, Heitor, ¡cuánto estrés! T
"Enzo"—Cariñito, ¿en serio vas a pasar el fin de semana lejos de mí? —Luna estaba abrazada a mi cintura con una carita triste.—Muñequita, es solo un fin de semana. Además, tus padres te llevarán a la hacienda. Solo voy a conocer a la abuela de la tía Sami y vuelvo rapidito —le expliqué una vez más a Luna.—Por Dios, ¡ustedes dos son tan empalagosos! —Ivy nos hizo una mueca.—Eso es porque nos amamos, hermana —Luna le dijo a su hermana.—¡Ah, claro! —Ivy sonrió.Estábamos en el centro comercial esperando a la tía Sami y al tío Heitor. Invité a Luna a venir conmigo, ya que pasaríamos el fin de semana sin vernos, e Ivy vino de colada, estaba interesada en hablar con la tía Sami.—Ivy, ¿qué quieres hablar con la tía Sami? —tenía curiosidad por eso.—No te voy a contar. ¡Conozco tu bocota, cuñadito! —Era lo único que me faltaba, mi cuñada también señalando mis pequeños defectos—. Todavía no olvido que le contaste a mi mamá sobre Vinícius.—En mi defensa, no sabía que era un secre
Llegué a casa completamente agotada después de un día interminable. Entre la universidad y el trabajo, mis energías estaban por los suelos, pero, nada más entrar, vi que mis padres me esperaban en la sala con una expresión seria.—Siéntate, Catarina. Necesitamos hablar —dijo mi padre, visiblemente nervioso.—¿Qué pasa, papá? —pregunté con desgano. Lo único que deseaba en ese momento era darme una ducha y desplomarme en la cama. Sin embargo, sabía que algo importante estaba por suceder.—Llegó la invitación de la boda de tu prima —soltó mi madre, sin más preámbulos.—¡Esa no es mi prima! —respondí, alterada.—Catarina, te guste o no, ella es tu prima —insistió mi madre con firmeza—. Es hora de que dejes esa actitud infantil. Melissa ya armó un escándalo aquí en casa. ¡Ya es suficiente! Es la hija de mi hermana, por lo tanto, es tu prima.—Discúlpame, mamá, pero para mí ella ya no significa nada —repuse, intentando mantener la calma—. Se acostó con mi novio en mi propia cama. ¡Eso
Pero no hubo escapatoria. Meli me arrastró literalmente a la fiesta, en donde, nada más entrar, me llevó directo a la barra y me susurró con complicidad:—Esta noche es barra libre, ¡vas a ahogar todas tus penas de una buena vez! —exclamó, mientras me entregaba dos shots de tequila y sostenía otros dos en su mano—. ¡Vamos a darle con todo! Nos bebimos los tequilas de un solo trago, y Fernando ya nos estaba sirviendo sendos Cosmopolitan. Un momento después, Meli me jaló a la pista de baile y para mi sorpresa, empecé a disfrutar. Cuando sonó una música más lenta, Nando y Meli se abrazaron para bailar y yo aproveché el momento para escabullirme hacia el buffet. Sin embargo, nunca llegué.Una mano me jaló suavemente, y, al voltear, me encontré con un hombre con una máscara negra que me sonreía de una manera completamente irresistible. Besó mi mano con un gesto galante y me atrajo hacia él susurrando con una voz ronca que me erizó la piel:—La mujer más hermosa del salón no me puede