"Enzo"—Cariñito, ¿en serio vas a pasar el fin de semana lejos de mí? —Luna estaba abrazada a mi cintura con una carita triste.—Muñequita, es solo un fin de semana. Además, tus padres te llevarán a la hacienda. Solo voy a conocer a la abuela de la tía Sami y vuelvo rapidito —le expliqué una vez más a Luna.—Por Dios, ¡ustedes dos son tan empalagosos! —Ivy nos hizo una mueca.—Eso es porque nos amamos, hermana —Luna le dijo a su hermana.—¡Ah, claro! —Ivy sonrió.Estábamos en el centro comercial esperando a la tía Sami y al tío Heitor. Invité a Luna a venir conmigo, ya que pasaríamos el fin de semana sin vernos, e Ivy vino de colada, estaba interesada en hablar con la tía Sami.—Ivy, ¿qué quieres hablar con la tía Sami? —tenía curiosidad por eso.—No te voy a contar. ¡Conozco tu bocota, cuñadito! —Era lo único que me faltaba, mi cuñada también señalando mis pequeños defectos—. Todavía no olvido que le contaste a mi mamá sobre Vinícius.—En mi defensa, no sabía que era un secre
"Heitor"Después de lo que pasó en el centro comercial con Enzo, quedé de verme con mi madre y Hebe. Necesitaba ponerlas al tanto de la situación antes de viajar. Por supuesto, Hebe se puso furiosa, es una madre leona y después de descubrir la verdadera cara de Reinaldo no lo quería cerca de sus hijos.Aproveché para contarles sobre la sorpresa que estaba preparando para Samantha. Estaba ansioso y preocupado. Mi madre y Hebe intentaron calmarme diciendo que a Sami le gustaría.El resto de la semana pasó rápido y en la madrugada del sábado viajamos a casa de la abuela de Sami, que vivía en el interior, un poco lejos de nuestra ciudad. Samantha estaba entusiasmada y muy animada. A la hora del almuerzo llegamos a casa de la abuela. Sami entró como una niña, corriendo por la casa, hasta encontrar a la abuela en la cocina y envolverla en un largo abrazo.—¡Abuelaaa! —Samantha estaba muy feliz.—Sasá, mi querida, ¡cuánto te extrañé! —la señora bajita y de ojos dulces abrazó a Samantha.
"Heitor"Quedé con Clara para mantener a Sami lejos del patio, entretenida con el tejido junto a ella y la abuela, y le pedí a Enzo que ayudara con los planes que hice con Perla y Joaquim para la sorpresa de Samantha. Nosotros arreglaríamos la mesa de la cena en el patio que estaba repleto de flores y era muy bien cuidado.Las horas pasaron rápido, pero conseguimos dejarlo todo listo. Perla me contó que cuando Sami era niña jugaba mucho en este patio y siempre le gustó mucho este lugar, así que era perfecto para lo que yo quería hacer.Conversé con la abuela Elenice, después de todo estaba en su casa, y ella se emocionó con lo que yo quería hacer y me llamó muy sigilosamente a su habitación y me entregó algo muy especial para completar mi sorpresa. Su gesto me emocionó mucho.Por la noche la cena fue servida en el patio. Doña Elenice tenía dos empleadas que se habían esmerado mucho en todo, cocinaban muy bien. Cenamos entre conversación animada y risas. Entonces, antes del postre h
"Hebe"Me gustaría saber qué pasa por la cabeza de mi hermano, porque a veces Heitor pierde totalmente el foco y se va cuesta abajo. Le di instrucciones precisas, era un perro, solo uno y de tamaño pequeño, y entonces llego de un viaje maravilloso y recibo a mis hijos de vuelta acompañados de dos perros y el perro de Clara es casi de su tamaño. Tuve ganas de enviar a los perros y a los niños de regreso a su casa.Por supuesto que él tenía un discurso preparado en la punta de la lengua para responderme cuando lo llamé furiosa cuestionando los dos perros. Lo peor es que me convenció, siempre me convencía, desde que éramos niños era así, yo hacía todo lo que él quería. Sin embargo, mis hijos eran dos diablillos y yo lo sabía, eran dos diablillos que manipulaban al tío como querían y, invariablemente, me sentía manipulada por extensión, pues después de que Heitor cedía a sus caprichos, él me hacía ceder a su propio deseo de complacer a los sobrinos.No tuve elección, acepté a los travie
"Samantha"El fin de semana en casa de mi abuela fue más que perfecto. No esperaba que Heitor me pidiera matrimonio y me hizo la propuesta más linda del mundo. Confieso que nunca fui el tipo de mujer que sueña con el matrimonio, el vestido de novia y todas esas cosas, pero ahora que estoy comprometida, estoy emocionada y ansiosa.—Gente, ¡estoy comprometida! —me dije a mí misma en el vestidor, mirando el anillo y la alianza en mi mano.—Sí, Ruiseñor, estamos comprometidos y quiero fijar una fecha para nuestra boda —Heitor me abrazó haciendo que apoyara mi espalda en su pecho y dándome un beso en la cabeza.Estaba tan distraída con mis pensamientos que ni siquiera lo noté entrar. Él ya estaba listo para el trabajo, guapísimo con ese traje color carbón que hacía que sus ojos verde esmeralda resaltaran aún más. Yo estaba tan distraída que todavía andaba en bata.—Mi lindo, ¿qué tal dentro de un mes?—Muy lejos —se quejó besando mi cuello.—No quiero salir corriendo como pasó con Ca
"Samantha"—Mi diosa, ¡qué bueno que llegaste! Me estaba muriendo de extrañarte —dijo Heitor entre los besos que me daba.—¡Sabes que yo también! —me acurruqué en su regazo.—¿Cómo fue tu noche con las chicas?—¡Fue excelente! Vamos a programar y pasar un fin de semana en la casa de playa de Hebe.—Vamos... ¿solo ustedes chicas o...?—Todos nosotros, mi lindo, no voy a estar lejos de ti todo el fin de semana.—Mmm, ¡me gustó! ¿Y ya nos casaremos ese fin de semana?—Dentro de un mes, Heitor.—Está bien. Pero hasta entonces, ¿podemos practicar para la luna de miel? —Heitor pasaba su nariz por mi cuello—. Estoy loco de ganas de perderme en ti.—¿Estás leyendo mis pensamientos? —él sonrió.—Ven, futura esposa, te llevaré a la cama —me puso de pie y miró a Canela—. Amigo, hoy te quedas aquí abajo —el perro lo miró como si entendiera y soltó un lamento. La escena me hizo reír.—Necesito tomar un baño —dije cuando llegamos a la habitación.—Ah, sí, un baño es una excelente idea —
"Samantha"Vi a Heitor salir de la cama y recoger el teléfono del suelo e intentar hablar, pero la llamada ya había terminado. Vino hasta mí y me abrazó.—Sami, ¿qué escuchaste? —preguntó Heitor suavemente.—É-él, él se rio —estaba temblorosa y llorando.—¿Quién, Sami? ¿Sabes quién era?—Era R-Rómulo —lo miré sintiendo el pánico apretar mi garganta.—Sami, ¿qué dijo? —noté la preocupación en la voz de Heitor.—Nada. Fue como siempre, la respiración, pero después se rio y conozco su risa. Es Rómulo, Heitor.—Cálmate. Voy a apagar tu celular. Mañana le avisaré de esto a Flavio. Sami, creo que deberíamos cambiar tu número.—Sí, tienes razón, es mejor —estuve de acuerdo, pues no quería ni siquiera escuchar a Rómulo nunca más.—Perfecto, mañana temprano resuelvo esto. Ahora, voy a acostarte y prepararte un té.Heitor me puso en la cama, me cubrió y me dio un beso en la frente. Cuando regresó a la habitación traía una bandeja con té y galletas de mantequilla y venía acompañado de
"Samantha"Después del café con Manu volví a trabajar y acabé siendo sorprendida. No esperaba la visita que recibí en la empresa al final del día. Estaba finalizando un informe y mi teléfono sonó sobre el escritorio, era la recepcionista informándome que había una persona en el vestíbulo del edificio insistiendo mucho en que quería hablar conmigo.Me estaba preguntando qué hice para merecer tanto acoso en mi vida. Sería mejor librarme de este de una vez, antes de que se convirtiera en una mala hierba que, por más que la arranquemos, sigue insistiendo en brotar en el jardín. Informé a la recepcionista que bajaría para atender a mi visitante, pero que su entrada al edificio no estaba autorizada. Así lo hice.Llegué al vestíbulo y vi a la mujer sentada en uno de los sillones en la esquina alejada de la recepción. Era una de esas mujeres que de lejos uno percibe que no son más que oportunistas descaradas. Llevaba un vestido blanco de una tela fina que quedaba un poco transparente. Era d