Estimados inversionistas,
Primeramente debo decir que jamás esperé que la situación con el comando de seguridad Área 51 de Estados Unidos degenerara tanto y llegaría a terminar tan trágicamente como terminó. Asumo total responsabilidad y reconozco mi error a la hora de solicitar la cooperación de los americanos.
En principio parecía que todo estaba normal. Los equipos volvieron de la misión en Islandia de manera pacífica y entraron juntos a la sede en el Edificio Lovecraft. De pronto y de manera muy sorpresiva Silverman dice:
—¡Manos arriba! ¡Dejen sus armas! —y al decir esto él y sus hombres nos encañonaron a todos y desarmaron rápidamente a todos los agentes. Fort, Talbot y Lucilla estaban en el centro cerca de la sala de reuniones y quedaron manos arriba. Yo fui obligado a salir de mi ofician y Valdemar de su laboratorio. Cuando Silverman