14. ME TIENES A MÍ
Raquel Martínez.
Debido al susto que me llevo cuando posaron en mi hombro una mano fría claramente de un hombre, me sobresalto y mi respiración empeora en un ataque de pánico.
— ¿Te encuentras bien? —preguntó un hombre con una voz un tanto familiar—. ¿Estás perdida?
Incómoda muevo mi hombro para quitar su mano de dicho sitio, todavía presa del miedo y lo encaro. No veo su rostro, pero sí la silueta de su alto y corpulento cuerpo debido a la tenue luz de la luna que nos ilumina.
— Si, estoy bien, no se preocupe —trato de sonar lo más convincente que puedo— Ya me iba a casa, adiós.
Me doy la vuelta y camino dos pasos hacia delante, pero a causa de mi torpeza caigo de bruces en el suelo al tropezarme con algo que debido a la obscuridad no puedo ver qué fue.
— ¡Diablos! —me quejo sentándome para limpiar mis manos sucias en mi short.
— ¿Qué ocurre? —su voz sale con un toque de preocupación—. No veo nada, dame un segundo.
Encendió la linterna de lo que parece ser su celular y después escuc