"Samantha"
¡El día había sido tan bueno! Alessandro me dio la tarde libre porque sabía que almorzaría con Heitor. Fuimos a comprar cosas para la casa y lo pasamos genial. Pero después de que Heitor me dejara en mi apartamento, todo se fue al garete.
En cuanto entré, el portero me entregó el correo, y casi se me para el corazón al ver el sobre. No podía creer que me hubiera encontrado. ¿Pero cómo?
Fui a mi apartamento y ni siquiera tuve el valor de abrir el sobre. Me senté en el sofá, aterrorizada, mirando el sobre en mis manos. Ni siquiera me di cuenta cuando empecé a llorar, pero con el paso del tiempo, la desesperación crecía en mi interior.
Sonó el timbre y fui a mirar por la mirilla. Por fin era Heitor. Abrí la puerta y me arrojé a sus brazos, dejando que las lágrimas cayeran con toda mi desesperación. Estaba angustiado, me preguntaba qué había pasado, pero yo no podía ni hablar, solo lloraba. Así que le di el sobre. Después de sentarse en el sofá y sentarme en su regazo, Héctor a