Capitulo Catorce. + 18.
Lester recorre todo mi cuerpo con caricias deliciosas, consintiéndome como solo él lo sabe. Es fascinante sentir como conoce mi cuerpo y lo hace vibrar, podría acostumbrarme a esto, pero no puedo porque es un hombre ajeno y los casados nunca abandonan a su familia por la amante. Entonces prefiero disfrutarlo de vez en cuando y sin exclusividad ¡Uno nunca sabe!
— ¡Oh Dios siii! Mas por favor – su lengua es experta en arrancarme gritos y jadeos de placer, tiro de su cabello para que no se detenga y me ahogo en la satisfacción que me proporciona.
Sube con más besos y lengüetazos, muerde el montículo que es mi pubis, grito su nombre sumido en un oscuro deseo; ansiosa por ser penetrada y disipar este sufrimiento y dolor que siento en el vientre y en mi sexo, sufro porque no lo hace y lo pido a gritos. No me escucha, me ignora y no resisto el deseo de ser poseída por