—Danna... No estés furiosa, solo fueron unos tragos y ya —dijo Daniel bastante sonriente.
—No me digas nada, se suponía que debías regresar temprano y no lo hiciste, ya todos están aquí y lo peor es que regresas ebrio a la casa.
—No estoy ebrio, sabes que es difícil que los tragos se me suban a la cabeza —reprochaba Daniel, Danna no le prestó atención y salió del baño.
Daniel no sabía la razón del por qué le mentía Danna, tampoco el estar viéndose con aquella mujer, solo traería problemas a su hogar. No deseaba hacerle daño a Danna, ella se comportaba muy bien con él y era una esposa muy amorosa que le tenía mucha paciencia. Además, sabía que Danna era muy astuta y podría darse cuenta de sus encuentros con Camila.
Flor por fin llegó a la casa, todos estaban cenando y