(Horas después)
Golpeo a su puerta para que nos vayamos a cenar y la espero con la mayor paciencia posible, recordando los consejos de mi hermana. —¡Ya voy! — Me grita del otro lado de la puerta.
—De acuerdo— Murmuro y me pregunto si las mujeres normales demoran en arreglarse, ¿las mujeres como ellas cuanto tardaran? Coloco mi espalda sobre la pared del pasillo y sigo esperándola...