Al momento del evento estaba nervioso, pero tarde o temprano nuestras familias sabrían que estamos juntos y no debíamos ser cobardes, al contrario, debíamos imponer poder y respeto como ellos nos enseñaron a hacerlo. Una Varcarnyo y un Wintt. Así casi fue en el pasado y lo será ahora en el futuro.
Un anfitrión con un micrófono estaba dando las gracias por asistir e indicando por donde se debían mostrar las invitaciones para confirmar que fuiste invitado. Era una fiesta cerrada.
—Juliett Varcanyo y un acompañante —mostró la invitación.
—¿¡Juliett?! ¡Tanto tiempo! —dijo una mujer rubia, con ojos azules y un vestido del mismo tono de azul acompañado con unas sandalias plateadas ideal para la playa.
—¿Verónica? ¡Tanto tiempo!
Juliett nos presentó. Era una