Ivar
Son las ocho de la mañana, Víctor y yo vamos rumbo a donde tenemos secuestrado a Alberto porque Francisco amaneció vigilando.
Llegamos y de inmediato Francisco nos dice que debe irse.
— ¿Víctor puedes quedarte solo hasta las doce por lo menos?
Víctor: esta bien, yo lo atiendo.
Francisco: ¿Quién me llevará?
— Yo te llevaré. Víctor no lo torture.
Víctor: no se preocupen y vayan bien.
Nos marchamos del lugar y durante el trayecto converso con Francisco.
Francisco: ¿Crees que fue buena idea dejarlos a solas?
— Para mí sí, además solo será hasta las doce ¿Qué te preocupa?
Francisco: que Víctor lo deje en libertad, sabes que es amigo de su padre.
— Él está metido de lleno en esto, no lo veo capaz de hacer una estupidez como esa.
Francisco: esperemos que no.
Dejo a Francisco cerca de su casa y me marcho para la mía, tengo que buscar mis útiles porque me toca una materia en