Narrador omnisciente
— ¡Basta no me gusta esto Einar! — chillo la castaña.
— Pero Ada cálmate primero. — dijo de lo más tranquilo el muchacho.
— ¿Cómo demonios quieres que me calmé? — contesto entre dientes, se estaba enojando más de lo que ya estaba y a Einar le estaba dando gracia verla asi.
¿Por qué peleaban? Simple, los cambios de humor de Ada aumentaban demasiado y el ya estaba comenzando acojonarse más de lo que ya estaba.
Optó por tomarla de la barbilla y susurrar: — Vamos a la habitación Ada.
No tenía la menor idea de porque la llevaría a la habitación pero necesitaba hacer algo para que se calmará.
— ¿Qué pasa? ¿Por qué demonios te ríes? — preguntó confuso al verla sonreír.
— ¿Qué haremos en la habitación? — preguntó ella con una pizca de morbo.
Einar bufó por lo bajo y busco autocontrol para no decir algo que molestará a Ada, ya se estaba volviendo algo bipolar eso de alguna manera no le agradaba porque sabía que eso traería consecuencias en el embarazo.
— No seas tan.