En el comedor Cristina y Karl tomaron asiento, Mariano ya los esperaba, tenía una gran sonrisa en sus labios, no dejaba de mirar al chico, pidió que sirvieran la comida y trató de entablar una conversación con Karl, este solo lo miraba de vez en cuando y también lo ignoraba, no tenía ninguna intención de hablar, Mariano trató varios medios, pero fue imposible sacarle una sola palabra al niño, al final desesperado dio un gran golpe en la mesa con su mano. “¡Demonios! ¡Qué te pasa! ¡No escuchaste!”.
Madre e hijo solo se estremecieron ante el estruendo y los gritos, Cristina contestó. “Karl no es muy hablador “.
Mariano no entendía y recriminó inmediatamente. “Yo soy su padre, él tiene que hablar conmigo, conocernos”. Karl al fin habló negando ante las palabras de Mariano. “No es necesario, no te he necesitado estos años y no te necesito ahora”.
Mariano furioso se levantó y miró a Cristina. “¡Qué fue lo que le dijiste! ¡Lo pusiste en contra mía!”. Cristina negó burlándose. “¡Yo no lo h