Capítulo 92
La muchacha dirigió la vista hacia él, denotando asombro con respecto a su reciente halago. Luego, sintió que su ritmo cardiaco incrementó de nuevo.

—P-Pero… ¿qué cosas dices? —desvió rápidamente la mirada.

—Sin embargo, la belleza es temporal —agregó Izan—. Nadie puede huir del tiempo y el cuerpo
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