—El Alfa no es un cachorro, estará bien allá arriba —jaló de la escoba hacia su lado, a lo que Emilse lo estiró hacia el suyo—. Anda, suéltala.
—¡No quiero! —ambos comenzaron a jalar de la escoba, a lo que una voz los interrumpió.
—¿Qué significa esto? —cuestionó Dannon, entrando al laboratorio—.