Dannon siguió los vestigios de su propio olor y, de esa forma, dio con el paradero de Kallen.
Ella tembló por debajo de la sombra de Dannon debido a que el pavor corría por sus venas, pero su corazón se sintió regocijado desde el minuto en que apareció.
—Alfa… —pronunció con un nudo en la garganta