Semanas después.
Carlos cada vez más lleno de amargura, en ese tiempo había despedido como a cinco asistentes; todo le molestaba, con nada estaba conforme.
Los rumores de su prepotencia y altanería llegaron a oídos de Miguel, quién había estado fuera del país.
—¡VOS SOS TONTA! —exclamó Carlos, a gritos a su nueva asistente—. ¡PEDÍ REDACTAR UN OFICIO AL DOCTOR JOSÉ MARÍA VALENCIA, GERENTE DE LA FEDERACIÓN NACIONAL DE CAFETALEROS! —resopló enardecido, lanzando el documento a la chica.
—Perdón Doctor, no volverá a ocurrir, ya redacto un nuevo escrito — balbuceó la joven temblando.
—Claro que no pasará otra vez, recoge tus cosas y que te den tu liquidación.
&nbs