En horas de la tarde, ya más tranquilo, fue por su hijo a la escuela, ese día no tuvo tiempo de cocinar, pasó ocupado en la empresa y también tenía que ponerse al día con las actividades del Senado, cuando llegó esta vez bajó del vehículo y se acercó a saludar a Edmundo, quién conversaba con otros padres de familia, presentó a Carlos, con el resto del grupo, quienes debatían entre ellos sobre cómo elaborar la fofucha.
—Yo la voy a comprar hecha, no tengo tiempo —indicó uno de los señores—. Después que doy de comer a mis hijos, los dejo con la señora que los cuida mientras yo voy a trabajar y llegó siete de la noche. ¿A qué hora voy a hacer ese muñeco?
—¿Y vos como la vas a hacer? —preguntaron a Carlos.
—No tengo la menor idea, ni siquiera he comprado los materiales, pe