Capítulo 122

Manizales- Colombia.

Carlos permanecía paralizado, sentado en una esquina, temblando, sudando frío, al momento que abrieron la puerta de aquella siniestra y helada celda de castigo.

La psicóloga se acercó aprisa hacia él, al verlo sin moverse, escogió de su playlist uno de los mantras para ayudarlo a relajarse; conectó sus audífonos y se los colocó hincándose frente a él, volteó a ver el lugar se dio cuenta de las condiciones insalubres que se encontraba el sitio.

—Estoy con usted doctor Duque —pronunció con voz serena Aitana, dejando que la música comenzará a hacer su efecto, lo tomó de una de sus manos y acarició de esta. —¿Me escucha? ¿Puede mirarme?

Carlos advirtió la dulce voz de la psicóloga, hizo contacto visual con ella; sin embargo, en sus ojos aún se podía percibir la angustia, el nerviosismo, el miedo.

La doctora colocó su mano en el pecho de él.

&nbs

Angellyna Merida

Rosario ya sabe la verdad, pero debemos confirmar que en verdad Carlos sea su hijo. ¿Qué creen ustedes?

| 57
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App