Blaire empezó a reír, mientras avanzaba hacia él y le daba un beso. Tanto Kor como Gabe miraron como el fiero ejecutor, estaba total y completamente a merced de las emociones que le transmitía su compañera.
—Han vaciado el cine, creo que debemos ir a casa, porque la policía llegará pronto.
—Lamento lo que sucedió.
—Yo no —dijo ella tomando la iniciativa y sujetándolo de la mano para que caminaran juntos—esta ha sido de lejos, la cosa más divertida del mundo.
Una vez en casa, Alexander se acercó a ella. Su ratoncilla, en nada de tiempo, empezaba a metérsele bajo la piel, y quería saberla a salvo.
—Te ayudaré dándote un poco de mi sangre, así estableceremos un vínculo mental aún más fuerte y si estás en problemas vendré enseguida.
Mirándola con intensidad, Alexander se colocó por detrás de Blaire, pasando el brazo frente a su cuello para así, poder abrazarla mientras se alimentaba.
Cuando su ratoncilla empezó a beber con avidez, Alexander mordió su cuello y empezó a succionar con fue