Heredera Divorciada ¡Ahora me toca a mí!
Heredera Divorciada ¡Ahora me toca a mí!
Por: Ava Miller
Capítulo 1 ¡No puedo creerlo!

Narra Brooke Turner

El semáforo está en verde y el tonto que tengo delante de mí no avanza. Tocó varias veces el claxon, queriendo que se mueva para llegar pronto a casa, porque si todo sale según lo planeado, hoy podré dar una sorpresa que he preparado hace unos días ya.

Tocó el claxon con fuerza, como si esta acción pudiera hacer que la persona que está delante de mí avance, en vez de eso, logro que abra la ventanilla y me saque el dedo del medio para burlarse.

El supermercado estaba atiborrado de personas y me tardé más de lo que tenía pensado, solo espero poder llegar a tiempo para hacer lo que deseo.

La fila al fin avanza y yo trato de controlarme para mantener el límite de velocidad.

«Vamos Brooke, estás cerca» pienso para mí.

Estoy solo a una calle de distancia cuando mi teléfono comienza a sonar, veo la pantalla y me doy cuenta de que es mi madre, sé que no debería contestar pero ya extraño a mi pequeño y de seguro es él quien quiere hablar conmigo.

Lo tomo justo cuando estoy visualizando nuestro hogar y atiendo con mi corazón lleno de alegría.

—Hola…

—¡Mamá! —es lo primero que escucho y siento como mi corazón se acelera por la emoción que siente al oír esa palabra de cuatro letras —¿A qué no sabes que me ha comprado la abuela? —habla emocionado.

—Príncipe —exclamo emocionada mientras estaciono el auto frente a nuestra casa, notando que el auto de mi esposo ocupa el puesto que normalmente ocupa el mío, trato de continuar la conversación con mi pequeño que extraño tanto aunque sé que quiero entrar a casa—¿Cómo estás? ¿Qué te ha comprado la abuela?

Hablo mientras salgo del auto y camino hacia la cajuela donde deje las compras que acabo de hacer.

Coloco el teléfono entre mi hombro y mi oreja mientras escucho a mi pequeño contarme acerca del auto nuevo de juguete que mi madre le compró, tomo con una mano las bolsas y con la otra una copa de vino con la que quiero deleitarme más tarde.

Camino hacia nuestro hogar con una sonrisa en mi rostro mientras lo escucho hablar emocionado, en realidad su felicidad es la mía y amo que se lleve tan bien con mis padres, pero la verdad es que pienso convencerlo para que vuelva a casa porque ya lo extraño.

Aún hablando por teléfono, cómo puedo abro la puerta de casa y me quedo completamente paralizada con la escena que tengo frente a mí.

Siento como mi cuerpo se debilita y primero cae mi celular, partiéndose en pedazos y luego dejo caer de forma instintiva todas las cosas que tenía en la mano.

«Esto no puede ser posible, me rehuso a creerlo» pienso mientras un nudo se me forma en la garganta, impidiéndome respirar.

Ambos me miran sorprendidos, obviamente no esperaban que yo llegara a casa a esta hora.

Doy un paso adelante mientras siento como mis ojos se llenan de lágrimas. No puedo creer que ellos estén haciendo esto, no en mi casa, no con ella. Tenía la certeza de que me estaba engañando, pero esto… esto es de lo peor.

—Pero… ¿Qué carajos significa esto? —trato de gritar pero la voz se me quiebra.

Ella no me mira, tiene la mirada en el suelo, pero no creo que sienta vergüenza, porque en su vocabulario no debe existir esa palabra.

En cambio él sí me mira, en su mirada no hay ni una pizca de vergüenza, nada en lo absoluto y eso hace que deje la tristeza a un lado y una ira incontrolable tome su lugar, crece poco a poco y puedo sentir como llena mi ser por completo.

Avanzo hacia ellos, ella intenta cubrirse pero él no me quita la mirada de encima.

—Esto tiene que ser una jodida broma Ned —le hablo directamente y el alza el mentón, sintiéndose orgulloso, cómo si esto fuera una gran hazaña—Yo tenía la sospecha, algo dentro de mí me lo decía y alguien me había contado que me engañabas, pero ¿Con ella?—la señalo— ¿Y en la sala de nuestra propia casa? ¿De nuestro hogar? —gruño en su cara mientras él sigue en completo silencio, apunto a su pecho enfatizando cada palabra —eres un maldito, un desgraciado y poco hombre, ¿¡Cómo te atreves!? —grito furiosa.

—Brooke… —intenta hablar pero yo lo interrumpo.

—¡Brooke un carajo! Ahora vas a escucharme —lo empujo ya que con su cuerpo la estaba cubriendo a ella. —Y tú… tú no eres más que una zorra.

—No te permito —mi marido intenta interrumpirme.

—¿¡No me permites qué!? —le pregunto —No eres nadie para decirme eso, esta m*****a zorra fingió ser mi amiga por tanto tiempo —la miro a ella —y todo fue para meterte en la cama con mi marido, ¿Ese era tu plan no? ¿Tanta envidia me tenías? Es que todo el mundo lo dijo una y otra vez, que eres una vil mentirosa, y yo no jamás les creí, les decía que no vieran cosas donde no las hay porque tú eras de esas amigas que son leales —suelto una risotada —pero que ilusa y estúpida fuí al creer en ti, no eres más que una perra que se conforma con las migajas de los demás —la empujó.

Ned se para frente a mí para cubrirla, tiene el rostro enrojecido y sé que está igual de molesto que yo.

—¡No te permito que le hables así! —me grita furioso, defendiendola y me levanta la mano, pero ella lo detiene —Ella no tiene la culpa de nada, si tienes que descargar tus mierdas con alguien, eso es conmigo, pero a ella ni siquiera la mires porque es mucho más mujer que tú en todos los sentidos, ella hace lo que tú no desde hace tiempo, porque ni siquiera sirves para que pueda cogerte bien.

Ver el gesto que hizo con su mano desvió mi atención de sus palabras, no puedo creer que se atreva a tanto, la defiende y es capaz de levantarme la mano por ella.

—¿Ibas a pegarme? ¿Por ella?

Capítulos gratis disponibles en la App >
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo