Mundo ficciónIniciar sesión—Hola, Vi —dijo Fred.
—¡¿Fred?! —exclamamos los demás habitantes del helicóptero.
—¿Qué tal? —expresó nervioso, sin saber cómo reaccionar ante nuestro disgusto.
—¡¿Qué carajos haces aquí?! ¡Te dije que no ibas a venir! «Maldición, Fred. ¡Sólo yo puedo ser terca!» —pensé enfadada. Mis mejillas ardían de la rabia.
—¿Y acaso llegaste a creer que te iba a obedecer? —preguntó retóricamente—. No pienso dejarte ir sin mí. Prometí luchar a tu lado hasta el final y aquí estoy.
—¿Qué pasará con Eduard, Fred? —pregunté enfadada—: ¿Acaso crees que estará bien al saber que su pareja fue a una misión suicida a Oslo?
—¡Arthur es







