Siento los latidos de mi corazón en los oídos, ¿cómo supo que estaba aquí? Trago con dificultad y espero callada, no quiero salir, no puedo hacerlo, ademas del miedo que tiene clavados mis pies al piso, el recuerdo me tiene los pezones erectos y si le sumamos la vergonzosa humedad por lo amtes visto. no me siento capaz de verle a los ojos y no sentir querer quemarme nuevamente

Da varios pasos y abre la puerta, voy a desmayarme señor Dios, cuando sus ojos grises con una sonrisa burlaban me detallan, me escruta provocando que me atragante con mi propia saliva. 

—¿Disfrutaste del espectáculo? 

—Dominic yo—las palabras no me salen. 

—Se te volvió costumbre quedarte muda delante de mí— se mofa—pero con mi verga clavada en tu coño—palidezco—recuerdo que eras muy elocuente pronunciando obscenidades.

—Estaba busc