48.
MEGAN
Mientras Jude lidia con su familia, algo que no me corresponde, tanto su madre como yo nos quedamos de frente a esta mujer que alguna vez, fue respetada en esta casa. Una mujer que ahora mismo nos observa con un odio terriblemente infundado por ella misma.
Y aunque el problema no es conmigo en sí, en mi presencia no va a meterse con nadie a quien yo aprecie. Por eso me quedo, porque por la forma en que mira a mi suegra sé que es capaz en cualquier momento de lanzarle un golpe y no pienso permitirlo.
Es como si no hubiera entrado en razón por las cosas que hizo, pues incluso estando con un pie afuera tiene la jodida convicción de que es mucho más que alguna de nosotras, que todavía seguimos dentro.
—Ahora te burlas, pero desearías estar en mi lugar, ¿no es así?—le dice a mi suegra—. Puede que ambas piensen que ganaron, pero esto es solo una battala, no la guerra. Sé que más pronto que tarde esta situación se volteará y ambas tendrán que suplicarme perdón de rodillas.
Suelto un su