Intentaba escapar, pasaba de una habitación a otra corriendo y tirando muebles para que ellos no la alcanzaran.
—¡Ven aquí zorra!
Uno llegó a sujetarla, ella gritó y se sacudió. Él le dio una bofetada tan fuerte que la lanzó al suelo. Tembló inmovilizada viendo como llegaban dos más.
***
—¡Ah!
Se levantó alarmada cuando sintió toda esa agua sobre ella. Miro alrededor asustada. Pero solo encontró a Bael fumando un cigarrillo al volante del auto donde estaban. Este expulsó el humo y al fin la miró.
—No dejabas de moverte y llorar —dijo con un tono notable de molestia—. Así que te vacié una botella de agua para que despertaras.
Ella cerró los ojos intentando canalizar su dolor de