GRIS
Mis piernas fallan cuando veo a Dylan con Oliver, la barbilla me quiere temblar, he perdido la cuenta de cuántas veces soñé con este momento, el que reconociera a su hijo, lo abrazara, lo… abrazara. Trago grueso y es Nathaniel quien me da una palmada en la espalda mientras Alexander mira la escena con cautela, con desconfianza y lo comprendo.
—¡Mami, papá ha venido a verme! —Oliver tiene enrollado sus bracitos alrededor de su cuello y siento que cada segundo que pasa, me rompo un poco más.
Asiento en silencio. No me atrevo a ver a Dylan a los ojos, no luego de todo lo que pasó entre los dos y de que me dijera todo lo que siente hacia mí, de hecho me siento un poco reacia con él.
—Gris