Fane hizo eso con el propósito de confundir a cada persona que lo viera luchar. Fane quería que los demás creyeran que el aura de la espada se disipó en el aire medio debido al agotamiento de su última energía, no por disolverse por sí misma.

Después de todo, si otros descubrieran la verdad, esa batalla no tendría sentido en continuar.

Néstor estaba completamente tenso, flotando en el aire, solo que sus ojos, que desde el principio estaban calmados e infatigables, se convirtieron en ojos llenos de venas sanguíneas, como un malvado que emergió del infierno. Sus labios temblaban constantemente, como si estuvieran llenos de ira a punto de estallar en cualquier momento. Miraba ferozmente a Fane, queriendo maldecirlo pero sin encontrar razones para hacerlo.

Las palabras de insulto que solía decirle a Fane ahora no tenían ningún efecto. Fane no era basura; era un guerrero que podía igualarse con él en un enfrentamiento y no ser superado. No era solo un simple alquimista; ¡era un rival dig