Anteriormente, frente a los comentarios de los demás, aunque Benedicto sentía enojo en su interior, aún quería corregir sus pensamientos. En cambio, Fane siempre mostraba una actitud de no querer hablar mucho, y en ese momento, Benedicto sentía que Fane estaba equivocado.

Cuando otros te malinterpretan, te difaman, debes salir a defenderte y limpiar tu nombre. Sin embargo, con el paso del tiempo y las experiencias vividas, Benedicto también comprendió gradualmente la mentalidad de Fane.

Frente a esa multitud desordenada, incluso si gritas fuerte y dices cosas verdaderas, simplemente no tiene ningún efecto. No se puede corregir su pensamiento. La única manera de hacer que se callen es a través de tu propio poder, golpeándoles fuertemente la cara para que cállense la boca por ellos mismos.

Si hubo alguien en la tribuna de espectadores que estaba más emocionado, fue Tomás. Inicialmente, se quedó sin palabras por las respuestas de Fane, pero ahora finalmente encontró una salida para expres