Pasado unos días Phytia recibió la visita de su hermano Vanko
Ella lo recibió con mucha alegría porque necesitaba pedir su consejo o aprobación respecto a la decisión que había tomado
Phytia se colgó de su brazo para llevarlo a la terraza donde estaba una mesa servida con comida
¿Quiere desayunar?-le pregunto- lo prepare para ti.
- No Phytia, no tengo hambre- denegó él y tomaron asiento y Phytia le pidió entonces a la mucama retirara todos.
Ahora observo preocupada a su hermano, que lo notaba más delgado e incluso no tan pulcro pues tenía su barba de días y él era muy meticuloso con su aspecto personal
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