Goliat
Aún no me acostumbro a despertarme y tener que ver a una chica tan hermosa como Anna a mi lado.
Han pasado pocos días desde que nos casamos, pero mi madre y Anna tienen una buena comunicación, se llevan bien.
Los chicos han venido ha visitarnos varias veces, hemos compartido aquí en casa y también en el parque cuando Anna y yo salimos a dar una vuelta.
- Hijo ven a la cocina por favor - mi madre Luisa me llama.
- Ya voy madre - tengo que ir de inmediato.
Bajo de inmediato y al entrar me esperaba con un vaso de leche caliente, sabe todo lo que realmente me gusta.
- Gracias madre - siempre acostumbro a darle las gracias.
- ¿Y Anna? - mi madre pregunta por ella.
- Bajará en un rato, esta arreglando la habitación - le digo justo lo que ella decidió hacer.
- Te entiendo - mi madre se queda tranquila.
- Iré a echarle una mano para que termine más rápido - creo que es mi deber ayudarla.
- De acuerdo - mi madre siempre está a mi disposición.
Subo y ayudo a mi chica en la organizaci