Capítulo 11 Tócame, Papi.
~Lira~
Joder. Sinceramente, no tenía sentido, no tenía ningún jodido sentido volver a mirar la hora, ni volver a agarrar el teléfono ni pretender que dormiría. El sueño era una mentira, una cruel y jodida fantasía que me seguía contando mientras mi cuerpo palpitaba, mi coño dolía y mi piel ardía como si alguien le hubiera prendido fuego por dentro.
Mis extremidades no se quedaban quietas; mis piernas se contraían, mis pies seguían flexionándose. ¿Mis dedos? Todavía hormigueando.
Cada vez que cerraba los ojos, no veía sueños, lo veía a él. A Damián, el Alfa, Papi. El hombre cuya voz ya me había roto desde el otro lado de una puerta. Que ni siquiera me había tocado y aun así, me dejó temblando a través de tres orgasmos que apenas rascaron la picazón que me provocó.
Me moví en la cama, y mis muslos se pegaron… húmedos, en carne viva, usados. El flujo estaba frío ahora, y hacía que todo fuera más intenso, podía sentirlo secándose en la parte interna de mis piernas, entre mis pliegues, por