POV Jeremy.

El apartamento, ya no era mío. El camión de mudanzas se había llevado lo último de mis pertenencias. Ahora, estaba en un pequeño y sombrío apartamento que Romero, mi abogado, me había ayudado a conseguir.

Era un golpe brutal. Pasé los días deambulando, con la desesperación carcomiéndome. Cada rincón me recordaba la vida que había perdido.

Mi teléfono no paraba de vibrar con notificaciones. No eran llamadas de trabajo, ni de amigos. Eran alertas de noticias, todas con el mismo tema: Isabella Rodríguez y el Conde Armand Dubois.

Un video en particular me paralizó. Era la cena íntima en el Château Dubois. Armand se puso de rodillas, con una caja de terciopelo en la mano y sacó un anillo, que rillaba de forma obscena.

—Isabella, mi amor —dijo Armand, su voz clara y llena de emoción, resonando en la pequeña pantalla de mi celular. —No hay duda en mi corazón. Quiero pasar el resto de mi vida contigo. ¿Me harías el honor de ser mi esposa?

Isabella, con lágrimas en los ojos, asinti