Capítulo 18. La Tormenta Perfecta.
POV Omnisciente.
El jet privado de Joseph Walton surcó el cielo de Seattle, rasgó el aire con su rugido y aterrizó en la pista ejecutiva a una velocidad inusual. Menos de una hora después, un coche blindado lo dejó en la entrada principal de la corporación Walton.
Su rostro era una máscara de furia contenida, y su mirada, un rayo láser que perforaba a cualquier empleado que se atreviera a cruzarse en su camino. No anunció su llegada, no lo necesitaba. Toda la tensión se mascaba en el ambiente.
Jeremy Walton estaba sumergido en los balances financieros de las nuevas inversiones chinas, solo, en su vasta oficina, donde el silencio solo se rompía con el suave zumbido de su ordenador.
La pantalla proyectaba gráficos complejos y cifras millonarias. Creía tenerlo todo bajo control. Su matrimonio con Mía, su ascenso al puesto de director ejecutivo y el «problema» de Isabella resuelto.
De repente, la puerta de su oficina se abrió de golpe, no, se abrió con un violento portazo que hizo vibrar