«No puedo lastimarlo, no a él»—pensó al abrazarlo.
Y es que ella sabía la verdad, el problema es que no quería decirle. Tenía que decirle porque se iría y luego nada volvería a ser lo mismo.
Pero era complicado, ella nunca se había sentido de esa forma con nadie y ahora se sentía así con él. ¿Cómo podía soltarse de eso? Ella conocía la verdad que se encontraba en sus ojos y no le gustaba.
Siempre se consideró la clase de persona que lograba todo lo que se proponía sin importar qué, pero ¿tenerlo a él? Era difícil soltarse de algo que le pedía que no lo hiciera. Adam era tan diferente al resto, amaba eso de &