110 . Mujer misteriosa.
Jazmín n podía creer que estuviera pasando por eso. Solo deseaba vivir en paz, pero al parecer, la felicidad no estaba destinada para ellos dos. Siempre ocurría algo que los separaba.
— Jessica, necesito verlo. No puedo seguir esperando aquí sin saber cómo está — suplicó Jazmín, sus ojos llenos de lágrimas.
Jessica asintió, sabiendo que Jazmín no podría calmarse hasta que tuviera alguna certeza.
— Te acompañaré. Ven conmigo — le dijo Jessica, tomando la mano de Jazmín y guiándola hacia una habitación privada con un gran ventanal.
La habitación estaba destinada a los familiares de los pacientes en estado crítico. Desde allí, podían ver a Leandro a través del ventanal, aunque no podían entrar a la sala por razones médicas.
Cuando llegaron, Jazmín se quedó paralizada al ver a su esposo postrado en la cama. Estaba pálido, con tubos y cables conectados a su cuerpo, y sin ningún signo de conciencia. La imagen era devastadora.
— Dios mío... — murmuró Jazmín, sintiendo como si su alma se desg